Quiero dedicar esta entrada a mi querida abuela materna. Se llamaba Jacinta pero nosotros siempre la llamábamos mamá Cinta y mientras estuvo en este mundo fue una mujer trabajadora, servicial, solidaria, acogedora y sufridora.
Nació en marzo de 1897 en una familia muy humilde. Como eran muchos en casa y pocos medios, empezó a trabajar con siete años. De ahí podemos deducir que nunca fue a la escuela y que por lo tanto no sabía ni leer ni escribir. Pero como era una luchadora en cuanto pudo aprendió a coser, especializándose en ropa de hombre, aunque sabía hacer de todo: crochet, punto, bordado... y se compró su máquina de coser, que aún conservamos aunque está muy deteriorada.
¿Os imagináis cómo tomaba las medidas si no sabía de números ni tenía cinta métrica? Pues siempre lo hacía usando la orilla de la tela con la que debía cortar ese traje. Con las tijeras hacía unos cortes para separar las distintas medidas( largo pierna,largo manga,..) imagino que tendría un orden para las medidas y así no equivocarse. Su costura era admirada por todos.
Su vida no fue muy dulce pues después de casada y cuando sus dos primeros hijos tenían cinco años, el primero y meses el segundo, se le murieron los dos. Nunca encontró consuelo, pero sufrió esta perdida en silencio. Después tuvo a mi madre y a los diez años a mi tio Lorenzo, al que quiero muchisímo.
Con una persona así a mi lado os podéis imaginar las cosas que aprendí de ella. Su valentía, sus ganas de trabajar, de aprender, su capacidad para querernos tanto como nos quiso a mis hermanos y a mi. ¡¡Cómo me gustaría que estuviese aquí físicamente!! porque su espirítu está siempre conmigo, la siento cerca muy cerca y la quiero tanto que me emociono al recordarla.
No pretendo poneros tristes sino enseñaros quien fue y es mi abuela. Y enseñaros algunas cosillas que guardamos de recuerdo. Apenas hay alguna foto, porque ella nunca fue protagonista de nada, siempre estaba ahí pendiente de lo que nos gustaba a cada uno y rezando por todos.
Mi hermana mayor guarda su máquina de coser que está un poco estropeadilla. ¿Cuántas veces habrá dado vueltas a esa manivela?
Esta máquina puede tener unos noventa años o algunos más. No sabemos en qué año se la compró
Otra de mis hermanas guarda esta rebequita de crochet que yo me he puesto esta primavera.
Puede tener unos cuarenta años.
Yo guardo un tubo metálico, muy antiguo. de pastillas para garganta donde ella tenía las agujas para coser la lana. Y también este encaje de crochet que estaba en una sábana ya estropeada y se lo quité para ponérselo a una nueva. El encaje de la almohada lo he tenido que hacer nuevo pues estaba bastabte roto.
También era una experta en hacer dulces, recuerdo cuando iba con ella a la tahona del pueblo a cocer las magdalenas o a hacer bollos de aceite, roscos, etc . Tenía una paciencia grandísima, podía tirarse horas y horas amasando hasta que estuviese la masa en su punto.
A todas nos hizo una colcha de crochet y otras cosas pero lo más importante: nos dio lo mejor de ella con mucho cariño.
Para ella este homenaje y un abrazo en el alma.¡ Te quiero ! .
Muy lindo y emotivo tu recuerdo hacia tu abuela. Seguro que estuvo y estará muy orgullosa de ti. Saludos
ResponderEliminarMe ha emocionado el homenaje a tu abuela, porque me ha recordado a la mia, por lo visto tenían un montón de puntos en común. Mi abuela murió con 98 años y tuvo una juventud muy dificil.
ResponderEliminarha sido muy emotivo el homenaje a tu abuela ,me recuerda mucho esa maquina de coser a una que tienemi tia (era de su suegra)
ResponderEliminarHermana, te ha quedao muy bonito, y creo que expresa todo lo que sentimos todos por esa abuela que sienpre estuvo, está y estará a nuestro lado....besos
ResponderEliminarSegún mi padre y por lo que me cuenta de vuestra abuela (mi bisabuela), que no llega a conocer, ha resumido muy bien lo que fue su vida y sobre todo con vosotros, me ha emocionado mucho saber que he tenido una bisabuela con estas facultades y virtudes, con razón mi padre habla tanto de ella y la recuerda constantemente al leer tu relato, él se ha emocionado. ¡Viva mi bisabuela!
ResponderEliminarMe he emocionado al leer el relato de la vida de nuestra abuela, tan querida y recordada por todos nosotros, has sabido plasmar en pocas palabras lo que era, pudiendo recordar muchas cosas de su vida mientras nos acompañó, todas buenas, muy buenas, no existen ratos malos junto a ella, yo si le di un disgusto con mi accidente cunado estaba en Posadas con ella, lo cual lo siento, pero todo salió bien y nunca se me olvidan las atenciones que tenia con todos.Me acuerdo con frecuencia de ella, pues cualquier detalle de la vida cotidiana, se echa de menos.
ResponderEliminarESTA VIVA EN NUESTROS CORAZONES.